Son varios los nombres que se han dado a las piras funerarias, como túmulo, catafalco, máquina o aparato funeral, lecho fúnebre, tumba y cenotafio, palabra, esta última, que pasó a significar el sepulcro permanente, aunque vacío, que desea recordar un cadáver que no existe o que descansa en otra parte, como en el caso de Shakespeare en la abadía de Westminster o en el de Dante en la iglesia de Santa Croce, de Florencia.
Humanista y filósofo, historiador, lingüista, dibujante, grabador, misionero y evangelizador, el franciscano fray Diego Valadés fue el primer mexicano que imprimió un libro en Europa, dedicado al sumo pontífice Gregorio XIII, el célebre papa de la reforma del calendario. En el año de 1579 apareció en Perusa el nutrido volumen de la "Rhetorica Christiana", en el que el fraile novohispano descubre su honda cultura renacentista adquirida en México.